El niño desnudo montado en un caballo blanco y presentando un estandarte de color rojo ha sido mencionado ya como el mejor simbolismo relacionado con esta carta. Es el destino del Oriente Supernatural y la gran y santa luz que va delante de la procesión sin fin de la humanidad, que sale desde el jardín amurallado de la vida sensible y el paso de vuelta a casa. La carta significa, por lo tanto, el tránsito de la luz manifiesto de este mundo, representado por el sol glorioso de la tierra, a la luz del mundo por venir, el cual va delante de la aspiración y está tipificado por el corazón de un niño.
Pero la última alusión es de nuevo la clave de una forma o aspecto diferente del simbolismo. El sol es la conciencia en el espíritu - la directa como la antítesis de la luz reflejada. El tipo característico de la humanidad se ha convertido en un niño pequeño en él - un niño en el sentido de la sencillez y la inocencia en el sentido de la sabiduría. En esa sencillez, él lleva el sello de la naturaleza y del arte; en esa la inocencia, simboliza el mundo restaurado. Cuando el espíritu de auto-conocimiento ha amanecido en la conciencia por encima de la mente natural, esa mente en su renovación lidera a la naturaleza animal en un estado de perfecta conformidad.